martes, 26 de abril de 2011

Cuestión de (recoge)pelotas; cuestión de educación

Estadio Deportivo titula hoy martes su portada con el "linchamiento nacional" que parece estar recibiendo el Sevilla F.C. en general, y su delegado de campo, Cristóbal Soria, y los recogepelotas, en particular, tras la imagen ofrecida ante el Villarreal en la 33ª jornada de Liga, cuando en los últimos minutos comenzaron a lanzarse balones al terreno de juego desde los fondos.



Para este diario, la prensa, en especial la editada en Madrid, está llevando a cabo una acción de "acoso y derribo" contra estos jóvenes colaboradores del club hispalense y contra Cristobal Soria, y se está dedicando a magnificar unos hechos, que "ya han sido cometidos por otros", sólo porque ocurre en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Lo que sin embargo no denuncia, ni critica, es la actitud de los recogepelotas o del propio delegado de campo, que debería haber actuado tras la advertencia del árbitro de aquel encuentro, Undiano Mallenco. Es más, ni siquiera llega a recoger las palabras del propio presidente del Sevilla, José María del Nido, lamentando lo ocurrido tras el partido: sólo habla de "consecuente rechazo". Tampoco el "perdón" del entrenador, Gregorio Manzano.


Dudo que los medios quieran magnificar estos hechos sólo porque ocurra en Sevilla. Más bien se hace, en primer lugar, porque el número de balones que aparecieron en el terreno de juego fueron más que en otros partidos: hasta 8, tal y como demostró Canal + en El Día Después. Pero también por una moda que parece estar imponiéndose. De hecho, resulta realmente curisoso que, en las últimas semanas, equipo que lo sufre, equipo que lo hace.

Así, en la jornada 31ª, durante los minutos finales del partido que enfrentaba al Real Zaragoza y al Getafe fueron apareciendo por el césped más balones de los necesarios para la práctica del fútbol. Esta acción enfadó mucho al entrenador visitante, 'Michel' González, que calificó lo sucedido como "un final no digno de una Liga como la española". Sin embargo, precisamente el equipo azulón, ante el Sevilla, fue el siguiente en llevarlo a la práctica, a pesar de que los propios recogepelotas tienen claro que no es lo correcto: "No somos tan ruines", contestaba, antes del partido, uno de los jóvenes a una periodista de Canal + sobre si harían lo mismo que en La Romareda si su equipo va ganando. "El fútbol va de deportividad. No de trampas". sentencia el recogepelotas. Una teoría bien aprendida, pero que dista mucho de la práctica, tal y como finalmente se pudo ver en el encuentro y también quedó reflajado en el video. Ahora, ha sido el club de Nervión el que ha tomado el relevo del Getafe, aunque parece que en el Zaragoza tampoco se han olvidado en de esta práctica visto lo visto durante su último encuentro ante el Almería.
Más que lamentarse de un suspuesto "linchamiento nacional" o "magnificar" determinados hechos que "ya han sido cometidos por otros" sería más positivo para este deporte denunciar con mayor contudencia si cabe esta perniciosa moda que está imponiendo, y criticar con dureza a quienes se lo inculcan a los recogepelotas. Y ya no sólo por lo mucho que se juegan prácticamente todos los equipos de aquí hasta el final de temporada, sino por la falta de deportividad que supone esta acción, y por el mal ejemplo de juego limpio que se da a esos jóvenes cuya ilusión es estar en el campo cerca de sus ídolos.

Quizas, por eso se echa en falta que a la hora de informar y/u opinar sobre esta cuestión, además de hablar de sanciones o de ir en contra del espectáculo, también se haga referencia la falta de respeto que hay hacia el rival cuando lanzan esos balones. Puede que un buen resumen sea lo que expone en su cuenta de twitter del periodista del El Confidencial, José Felix Díaz (@jfelixdiaz): "Lo de las pelotas al campo es cuestion de educacion".

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